Motivaciones


 Y Ulises llegó a Ítaca


Padres y madres que sufrimos a diario el recelo, la incomprensión, la desinformación del entorno; y a la vez la incertidumbre, la estupefacción y el asombro ante nuestros hijos; para nosotros nace Laertes, el abrazo de los iguales, acogedor y curativo.
Como Laertes, el padre que reconoce a su hijo al volver del largo periplo, así todos y cada uno de nosotros reconocemos a los nuestros, y nos sentimos reconocidos a la vez, desvelado el pasado en jubilosa anagnórisis.


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